A la derecha- con corbata de color claro-, Rosalino Torres. Escribió sus memorias en un cuaderno de tapas azules. Cuando estudiaba en la universidad, tuve la fortuna de que mi tío Germán me lo prestara durante un buen tiempo. Recuerdo esas noches en que acostada, bajo la luz de la lámpara rústica, leía a mi abuelo sintiendo un dulce extrañamiento al captar nítidamente su voz en medio del silencio. Creo que entonces me faltó bucear en lo más profundo de su experiencia vital. Quizá fue temor. No sé. Tengo pocos recuerdos de él; murió cuando yo tenía cinco años.
Mi tía Rocío está escribiendo los comentarios, por lo que esperamos en la familia que circule ya en este año el cuaderno azul.
No comments:
Post a Comment