Como cierre de su entrevista, Aristegui le preguntó a Savater qué podía decir con relación a la situación de violencia que se vive actualmente en México, y él respondió que quejarse era cosa del lacayo ante el rey, que sólo los lacayos se quejan; que por el contrario, el ciudadano debe ser activo, debe accionar mecanismos (aunque por lo visto al propio Savater le llueven críticas en su tierra al respecto).
Sí, es necesario probar un poco de Nietzsche, Kant, Rousseau, Montesquieu, para tratar de resolver esta encrucijada; vivimos en sociedad y duélale a quien le duela, la omisión es acción pura que repercute. Lo otro es aplicar a diestra y siniestra la ley del talión, y armarnos hasta los dientes.Ahí están nuestra Constitución y leyes secundarias, por qué no accionarlas y aplicarlas como se debe. Porque la corrupción estrangula su espíritu, por donde quiera que se le vea, y es por esta misma razón que la pena de muerte resultaría un mecanismo inservible. No sé en qué programa escuché a alguien decir que al menos nos queda la religión y la esperanza, que los mexicamos somos muy religiosos. Al diablo con la religión si no se vive esa relación - en un ligar o intentar ligar - sincera y apasionadamente, de las Iglesias mejor ni hablo, me parece un tema tan espinoso. No termino de entender eso, si eres un narcotraficante pensar que tu Dios te lo va a perdonar todo cuando has secuestrado, cortado cabezas, fregado a cuanta gente tienes a tu alrededor, al igual los políticos, los jueces..., no es que los anarquistas sean mejores, simplemente son otro tipo de locos que no se engañan a sí mismos y a los demás de una manera tan acomodaticia que dan náuseas. Bastaría hurgar en sus heridas incicatrizables, de ningún modo para justificar sus acciones sino para tratar de entender lo que está pasando en este mundo.
Alguien va a comprar como de costumbre una cajetilla de cigarros a la tienda de la esquina, un vehículo lo atropella y se fuga; al día siguiente, en el diario sale la escueta noticia del atropellamiento y muerte del peatón, cuando los más allegados saben que nada ocurrió por accidente. Y no pasa nada. Maleantes te pueden cambiar la vida y no pasa nada. Al menos en mi Estado están ocurriendo cosas así, que quieran tapar el sol con un dedo es otra cosa. Calderón hace un llamado para frenar la corrupción; él, quien no tiene la calidad moral para ello, él y su grupo, quienes quieren tapar el sol con un dedo aún en el caso del amigo entrañable.
Pero no hay de otra que volver al espíritu de las leyes, porque es muy triste enseñar a los niños que existen leyes y decirles por igual, ojo, que tengan mucho cuidado porque allá afuera reina de hecho la ley de la selva.
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