Thursday, November 20, 2008

Cumplo 37 años, una edad a la cual deseo encontrarle su belleza. Juan me dijo ayer que desde hace cinco años me pongo nostálgica. Le dije que no era sólo el hecho de dolerme el paso del tiempo ahora, sino desde que tengo conciencia. Me dolió dejar mi infancia. Creo que de mis hermanos, soy la más sentimental. Desde niña, por ejemplo, tenía que hacer ceremonia de despedidas. Hasta burlas he recibido, me dicen, adiós florecita, adiós casa, adiós árbol. Aguanto vara y si se pasan de la raya, como buena escorpiona, les marco el alto. Supongo que es cuestión de temperamento. Es terrible a veces y a ciertas horas no poder ser otro, y es ahí que al leer se ensanchan los límites, una experiencia que en poesía Paz explicó muy bien en el El arco y la lira. La lectura es todo un tesoro. Pero bueno, dejaré este tema para otro día, voy a tomarme un lechero aquí en el café de enfrente.

2 comments:

o said...

señorita, la mejor edad siempre es después de los treinta, de paso, felicidades

Dolores Dorantes

Sandra A.Torres said...

Gracias, Dolores. Es sólo que a veces me pega duro la nostalgia por ciertas cosas. Pero ya estoy en eso que dices.

  QEPD, Paul Auster. Que no falte luz en tu camino. Mil gracias, por nutrirnos con la lectura  de tu universo narrativo. Una gran voz y conc...