Monday, September 24, 2007

UNA HISTORIA DE A B Y C

Un día A le presenta B a C. No se espera ninguna reacción entre ellos, es más, piensa que no cabría la menor posibilidad de empatía, pues cree conocer los gustos tan disímbolos de ambos. Para su sorpresa, A descubre más adelante que B y C se entienden, que ya han tenido tres citas, y que en esa cuarta, es sólo alguien que interrumpe su encuentro, y entonces le golpea como una ola el sentimiento de desplazamiento, algo verdaderamente inexplicable, pues hasta entonces B le era indiferente, era sólo un conocido que ahora observa con azoro: esos ojos, esos labios que ni siquiera había mirado antes con atención existen en ese instante de una manera perturbadora, ahora que no tienen otra vocación que el deseo de absorber a C. B le pregunta si se encuentra bien, y A se apresura a contestarle que sí, que no escuchó bien lo que decía C. B los deja a solas un instante, el cual C aprovecha para agradecerle que le haya presentado a B, y mientras oye su relato apasionado, A descubre que aquello que creía que los separaba es precisamente lo que los une, y aunque a su mirada aquella relación se construyese bajo mentiras en su afán de agradar uno al otro, finalmente para ellos eso no importaba sino la experiencia del otro. C sigue hablando y A busca con desesperación un terreno firme sobre el cual avizorar su situación. B vuelve y despliega su galanteo sobre C. Poco a poco algo se va aclarando en A: no es más que su mente la que le juega trampas, que aislando B de C es como pierde fuerza su deseo absoluto, su capricho; se ríe de sí misma. Hace un último comentario y se despide.

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Tomado de: La Jornada, 24 de septiembre de 2024. https://www.jornada.com.mx/2024/09/24/opinion/015a2pol   Ayotzinapa: 10 años sin verdad y ...