Qué calor el de hoy. Escucho a la Shakira que algún día me gustó - una canción que habla de que si la cambia por esa bruja, no vuelva nunca más, y luego de la escoba y cerdas, celulitis en las piernas-. Estoy escribiendo en un internet de la Atenas, bajo la dictadura musical del administrador. Sigue Loosing my Religion ( y eso de I thought that I heard you laughing/I thought that I heard you sing/I think I thought I saw you try, y la musiquita). Creo que nomás vine a escuchar canciones. Hace un rato en la casa estaba escuchando a Soda Stereo mientras preparaba los chocomiles, y esa canción de Nuestra Fe que en cada puesta me cruza como flecha : Con el sol de abril /y sin saber por qué/ estoy sudando en nuestra fé /que no para de crecer/ que no para de crecer. /Tengo aquí el cristal /en mis manos, / ya soy todo un corazón ( y aquí ese uh, llega al alma)/ que no para de crecer/ que no para de crecer. Llega Robbie Williams con su feel, y me recuerda su video en el que sale de "vaquero" mirando a la Daryl Hanna, mientras que habla con dios y él sólo se ríe de sus planes y es que su cabeza habla un lenguaje que no comprende.
Como solía hacerlo en Tampico, en la tarde tomé la siesta porque si no, no funciono; el calor me tumba. Aproveché que es sábado porque entre semana no me puedo dar ese lujo. Sólo salí para comprar en la farmacia unos paquetitos de amozán (ya quiero estar bien; en esta semana hemos tenido tres partidos, qué ironía, si antes en dos o tres semanas apenas si teníamos un partido). Termino esto y me voy a comprar otras cosas y para casita.
Espero sentarme tranquilita y poder escribir.
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