Domingo pasado: algo me hizo plantear nuevamente una situación. Un duro golpe a lo establecido. Pero vale mejor las cartas sobre la mesa en cualquier momento de la vida.
Lunes: Ni el frío -estuvimos a 5- hizo mella. Me fui caminando del trabajo a la casa. Quise cortar camino, pero me perdí, suelo desorientarme. Pregunté a dónde quedaban las vías del tren.
Martes: Luego de un rico desayuno en el comedor del trabajo, decir y escuchar tonterías al por mayor, fumar un cigarro, luego de buen tiempo de no hacerlo, me relajó tanto.
Compré regalitos para ellos.Miércoles: A las 2:30 no tenía planeado nada. Pero me dijeron de unos boletos que estaban regalando para entrar al circo, y todo cambió. Valió la pena todo. El ver sus caritas sonrientes. Gracias, Isa.
De regreso del circo, tomamos un taxi. Y en la calle que da para la Avenida las Flores, había muchas patrullas. Mi prima me dijo que quizá era por lo del asunto del bebé violado. El caso es que el taxi se fue mejor por otra calle porque aquella estaba bloqueada. Ya en la casa, escuchamos un helicóptero que estaba en plena búsqueda, arrojando un haz de luz.
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