Estuvimos en México D.F. del 25 al 28 de julio. La boda civil fue el jueves, el viernes la boda religiosa y por la noche, la fiesta. Nos repartimos entre la casa de mis tías y primos, y la interacción fue muy significativa: la alegría de compartir esos momentos con los novios, verlos enamorados, bailar y bailar sobre la duela de un gimnasio, platicar con los primos y tías hasta el amanecer, tratar de ponernos al corriente, llevarse un tremendo susto en cuestión de segundos a la altura del Politécnico, convivir el sábado en casa de un primo,conocer a las novias, a los novios, un bebé en puerta,  colaborar entre todos para que se fundiera un fusible y nos quedáramos sin luz justo al terminar la pelea entre el mexicano y el filipino, tras desgañitarnos en los últimos rounds, y claro, nada que no resolviera una laminita buscada a lupa por mi tía...

Me quedaron deseos de ir a un lugar, pero ya será en otro viaje, todo en su momento. Disfruten novios su luna de miel.