Comienza el puente de Todos Santos. En el Jáuregui compré un disfraz para Madame.Falta preparar otra cosa para el bailable. Ando con sueño, en la madrugada vi la repetición de los 5 sets de volibol varonil, México contra Puerto Rico, en los XVI Juegos Panamericanos en Guadajalara, terminó como a las cinco, y por supuesto que ya sabía que habían ganado. Iván Contreras jugó estupendamente, como lo hizo también ante Argentina, pero el voli es un juego de conjunto y si no hay sinergia y trabajo de concentración, no se logra nada .
Conservo entre mis fotos de volibol, una donde están el ahora capitán de la selección mexicana de volibol, sus compañeros del Cultural y su entrenador- el de azul- junto con nuestro equipo -falta nuestro entrenador, Alfredo "El Chicles". Representábamos a Tampico como juveniles- A y B si no me equivoco; cómo me gustaría contactarme con Claudia, ella me sacaría de dudas- en el estatal, allá en Ciudad Victoria, y se ve que cada quien estaba en lo suyo mientras alguien tomaba esa foto: ellas y ellos, con su mejor sonrisa y amontonados en una banca -la alegría de volaDora es contagiosa; qué lindos momentos- y atrás, en la grada, las demás estamos en plena discusión sobre el juego o no sé qué chismes. Eso fue en 1986 o en el 87. Iván tiene cara de niño, estaría entonces en secundaria- ¿qué será de sus otros compañeros?, miro a Frías (el de camiseta verde pistache), era acomodador, cómo me hacía reír con sus bromas-. Pienso en cómo su entrenador, que recuerdo era un "parquero" de hueso colorado (así les decíamos a quienes se la pasaban jugando voli en el Parque Méndez, en Tampico; no les bastaba el entrenamiento, a su término se quedaban todavía a cascarear, e incansables seguían jugando bajo las luces, mientras la otra vida circulaba alrededor de aquellos rectángulos rojos y blancos) tuvo algo o mucho que ver en su crecimiento como jugador, así como sus otros entrenadores, desde luego, que han de estar orgullosos del trabajo realizado con él y con las generaciones que han sacado adelante. Y es que aquí hay méritos que destacar, no es suficiente con que alguien tenga talento para un deporte- lo cual es en sí un gran paso- sino el trabajo e ímpetu que demuestre para desarrollar al máximo sus habilidades, y en esto las bases asentadas por los primeros maestros juegan un papel determinante. La iniciación del aprendizaje de la técnica de un deporte nunca se olvida, y en este bagaje, indivisible, se encuentra el buen manejo de las emociones y constatar de qué se está hecho. En hora buena por el capitán y la escuadra mexicana. Jugaron un partido de ensueño.

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