Cómo reaccionar sino con coraje por la decisión tomada por los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de otorgar amparo y ordenar la liberación de la profesora Magdalena García Soto, en el caso del menor que "presuntamente" fue agredido sexualmente por dos tipos en el Instituto San Felipe, en Oaxaca, y en el que ella participara entregándoselos. Escuché en un noticiero el testimonio del niño en la corte y es en verdad desgarrador. La profesora agradeció a los ministros por no dejarse llevar por los vicios que llevaba el expediente ni por emociones. Si no hubiese una red de pederastas protegidos por las cúpulas del poder, la decisión de la corte no se pondría quizá en duda, al no existir según para ésta pruebas que acrediten el delito, pero como sí la hay, el dicho de la Corte pone en duda la garantía de proteger a nuestros niños y se suma a esa cúpula. El dicho de un niño no vale nada para nuestra mayor instancia de justicia, y este niño son todos nuestros niños.