Estoy leyendo varios libros. Pasa que seguido de cosas ligeras se me desata un hambre voraz de leer aquello con lo que me doy de topes y no hay algo tan delicioso que la luz del entendimiento. Y lo ligero no es justificable, siempre es anomalía, carencia- lo peor es que sé cuáles son las mías-; es matar el hambre mientras llega el plato nutritivo, pero igual forma parte de la alimentación.