Cuando un ex-presidente en la recta final de su vida manifiesta cómo lo decepcionó quien fuera su sucesor político, por su corrupción, por su moralidad, no habla solamente el político, habla el hombre, la irrupción de su conciencia ante los males que aquejan no digamos ya al país sino a su propia familia, a su sangre. Salinas, en su carta no lo baja de un hombre senil que ha perdido un tercio de su actividad cerebral, y a Carmen le reprocha que se aprovechara de eso, le duele, le indigna, pero como remate siniestro, como todos sus actos, y seguro de sí ante "cosa juzgada", deja entreabierta, según él, una caja de pandora para aquellos beneficiados por la dichosa partida secreta presidencial: intelectuales, partidos, personajes nacionales e internacionales, dirigentes, legisladores... una amenaza hasta para la propia Aristegui, que claro, en su momento, en el programa se deslindó sutilmente con un "se beneficiaron".
Escucho las respuestas de Miguel de la Madrid en la entrevista radiofónica y nunca me había parecido tan lúcido, como si con su soplo hubiese podido por momentos deshacer las tinieblas y hacer ver aquello que ocultan, algo que sólo se perfilaba, se intuía. ¿Por qué alguien, a sabiendas de lo que está en juego, se atreve a hablar de un material tan delicado?, pienso que no es un acto egoísta, es simplemente que él no quiere "eso o más de eso" para sus descendientes, si él ya se va no quiere un destino funesto para los suyos, y lo funesto no constituye el declive económico sino el moral. Como paterfamilias, sólo él sabe como está su prole, navegante en un sistema tan corrupto como el nuestro. Él está más que cuerdo.
De la Madrid dijo también que no aconseja a Calderón enfrentarse a Salinas porque es muy poderoso, y qué más prueba de esto si mandó en seguida a su gente a ventilar el asunto, reuniendo a la familia y obligando al antecesor a desdecirse inmediatamente, bajo la excusa de estar enfermo, ¿qué amenazas le habrán lanzado, a él, a su familia?, como bien dijeron los invitados al programa de Aristegui al día siguiente de la entrevista, una vez que Miguel de la Madrid, obligado, afirma que está enfermo desacreditando lo dicho, una vez que Salinas en su carta dice que su antecesor está mal del cerebro, comete parricidio, mata en vida a de la Madrid, lo silencia: todo lo que diga será de inmediato desmentido. Y pensar en todos esos poderosos que actualmente hacen y deshacen con la impunidad a flor de piel.
Qué pensará Miguel de la Madrid con todo esto que ocurre: "¡El horror! ¡El horror!"
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