He tenido algo de trabajo, y para escribir necesito, en la mayor de los casos, liberarme de ciertas presiones, no estar saturada. Abril abre sus días y me parece prometedor, sólo que en algunas cosas me detengo a pensarlas mucho y bueno, esta vez que vino a visitarme mi mamá, me dijo de plano que la mareaba de tantas vueltas que daba. Le dije que tenía razón, yo misma a veces me caigo tal mal por eso. Y aunque me encanta el poema "Deseos" de Cavafis, uno de esos poetas a los cuales amo intensamente y cuya poesía me ha cobijado en todos estos años, no quisiera tener un mausoleo con un extenso inventario; hasta ahorita pongo de vez en cuando flores en dos tumbas, y eso ya es demasiado; me rebelo. Pero está por demás, aun a los veinte, cuando "miraba a lo lejos el horizonte", la sempiterna belleza de este poema me arrancaba más de un hondo suspiro.
DESEOS
Constantino Cavafis
Como hermosos cuerpos que murieron jóvenes
y fueron sepultados, con lágrimas, en rico mausoleo,
coronados de rosas y con jazmines en los pies,
así son los deseos que pasaron sin realización;
sin que ninguno sobreviviera una noche
de sensual deleite o una mañana de plenilunio.
Versión de Eduardo López
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