Las amistades se cuentan con los dedos. Y si se piensa en los equívocos que propician rupturas; ni hablar. Pero la vida es tan corta y nuestra fuente de energía está en darnos. No escribo pensando en toda esa mercadotecnia que representa el 14 de febrero, escribo porque la amistad es una necesidad del espíritu, y porque prefiero antes aceptar que vivo en un desierto que en oasis imaginarios -no es mi estilo cultivar "amistades por conveniencia"-; escribo simplemente para agradecer a todas esas personas que me han confiado su ser y a las cuales me he abandonado también sin temor. En este mundo todo es reflejo de espejos, mero reflejo de espejos, pero en ese abismo especular ellas me reconocen y yo también.
No comments:
Post a Comment