Se me fue el sueño a las cinco de la mañana. Tomé un libro de poesía de Vallejo que está en la mesita de mi mamá - a ella le gusta como a mí Los Heraldos Negros-, y Abrí al azar una página:
LXXVI
De la noche a la mañana voy
sacando lengua a las más mudas equis.
En nombre de esa pura
que sabía mirar hasta ser 2.
En nombre de que la fui extraño,
llave y chapa muy diferentes.
En nombre della que no tuvo voz
ni voto, cuando se dispuso
esta su suerte de hacer.
Ebullición de cuerpos, sin embargo,
aptos; ebullición que siempre
tan sólo estuvo a 99 burbujas.
¡Remates, esposados en naturaleza,
de dos días que no se juntan,
que no se alcanzan jamás!
Trilce
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