Que el hotel María Isabel Sheraton haya expulsado a un grupo de cubanos el pasado viernes, porque fue obligado por el gobierno norteamericano; aplicando sin miramientos leyes estadunidenses en México, violando con ello nuestra constitución- que se viole por los mismos mexicanos, que es cosa de todos los días, es un problema jurídico a resolver en los tribunales; pero que esos norteamericanos prepotentes se crean con el derecho de aplicar sus leyes extraterritorialmente, es asunto que tajantemente no se debe permitir-, merece con rigor la aplicación de las sanciones previstas por las leyes mexicanas, pero que el gobierno foxista, su cancillería, no haya dado una respuesta inmediata a tal hecho, deja mucho qué pensar. Ayer apenas, luego que Cuba lanzó un comunicado, la cancillería expresó tibiamente que se iba a realizar una investigación, también la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor dijo que iba a actuar dependiendo del resultado de aquélla, y todo esto después de que en los noticieros se ventilaba desde el viernes tal asunto y sacaban a relucir una ley antídoto.
Falta que excusen a tal cadena de hoteles. Sería abominable; más empinados no podrían estar. ¿Quieren una nieve de limón?
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